Es saludable que la elección democrática de la dirección frenteamplista provoque debate, no nos asusta, por el contrario lo alentamos y promovemos.
Cada sector del FA y de diversas maneras los militantes frenteamplistas han expresado su posición y sus preferencias. Bienvenidas sean.
La derecha se ha empeñado por mostrar un FA en crisis incapaz de resolver, sin candidatos, sin relevos. La realidad es bien diferente. Más allá de apasionamientos se debe aceptar que han surgido y seguramente surgirán propuestas, caminos de solución y también nombres que muestran la riqueza y las posibilidades del FA. Posibilidades claramente superiores, cualquiera sea el resultado del 27, a las que muestra la derecha.
El FA tuvo cuatro presidentes a lo largo de su historia, Líber Seregni, Hugo Villar (en el exterior durante la dictadura), Tabaré Vázquez y Jorge Brovetto. Incluso durante un período, luego de la renuncia de Seregni, su conducción fue ejercida por un órgano colectivo. Todos esos compañeros y esa modalidad colectiva, fueron fruto de pacientes negociaciones políticas, nada sencillas por cierto, y luego refrendadas colectivamente. Es decir fueron soluciones políticas concretas a situaciones políticas también concretas.
¿Es tan distinta la situación actual? No, no lo es. En estos días varias fuerzas frenteamplistas han promovido nombres de compañeras y compañeros. El Partido Socialista lo hizo con Mónica Xavier, luego apoyada por el Frente Líber Seregni. El MPP con Miguel Fernández y Alejandro Zavala, dejando abierta la posibilidad, de presentar otro candidato “de sus propias filas”. La Vertiente Artiguista hizo lo propio con Enrique Rubio e incluso hay compañeros de base que manejan otros nombres.
El PCU, respetando todas las posturas y nombres, ha tenido una posición clara, expresada a todos los grupos políticos y las bases frenteamplistas.
El secretario general del PCU, Eduardo Lorier, las resumió en un activo realizado el miércoles en 5 puntos: lograr una gran votación del FA, lograr un candidato de consenso, conformar un equipo de dirección colectiva, lograr una campaña que coloque al FA y su propuesta en confrontación política con la derecha evitando la polarización interna y lograr que se exprese el carácter de coalición y movimiento del FA
Para cumplir cabalmente con esos 5 puntos, el PCU presentó, como aporte a la búsqueda de consenso, la candidatura de Juan Castillo a la presidencia del FA. Aclaró explícitamente, lo hace el propio Juan Castillo en las páginas de esta edición, que se trata de una precandidatura y que si antes del 24 hay una solución de consenso, cualquiera sea, esta será retirada.
Cada sector del FA y de diversas maneras los militantes frenteamplistas han expresado su posición y sus preferencias. Bienvenidas sean.
La derecha se ha empeñado por mostrar un FA en crisis incapaz de resolver, sin candidatos, sin relevos. La realidad es bien diferente. Más allá de apasionamientos se debe aceptar que han surgido y seguramente surgirán propuestas, caminos de solución y también nombres que muestran la riqueza y las posibilidades del FA. Posibilidades claramente superiores, cualquiera sea el resultado del 27, a las que muestra la derecha.
El FA tuvo cuatro presidentes a lo largo de su historia, Líber Seregni, Hugo Villar (en el exterior durante la dictadura), Tabaré Vázquez y Jorge Brovetto. Incluso durante un período, luego de la renuncia de Seregni, su conducción fue ejercida por un órgano colectivo. Todos esos compañeros y esa modalidad colectiva, fueron fruto de pacientes negociaciones políticas, nada sencillas por cierto, y luego refrendadas colectivamente. Es decir fueron soluciones políticas concretas a situaciones políticas también concretas.
¿Es tan distinta la situación actual? No, no lo es. En estos días varias fuerzas frenteamplistas han promovido nombres de compañeras y compañeros. El Partido Socialista lo hizo con Mónica Xavier, luego apoyada por el Frente Líber Seregni. El MPP con Miguel Fernández y Alejandro Zavala, dejando abierta la posibilidad, de presentar otro candidato “de sus propias filas”. La Vertiente Artiguista hizo lo propio con Enrique Rubio e incluso hay compañeros de base que manejan otros nombres.
El PCU, respetando todas las posturas y nombres, ha tenido una posición clara, expresada a todos los grupos políticos y las bases frenteamplistas.
El secretario general del PCU, Eduardo Lorier, las resumió en un activo realizado el miércoles en 5 puntos: lograr una gran votación del FA, lograr un candidato de consenso, conformar un equipo de dirección colectiva, lograr una campaña que coloque al FA y su propuesta en confrontación política con la derecha evitando la polarización interna y lograr que se exprese el carácter de coalición y movimiento del FA
Para cumplir cabalmente con esos 5 puntos, el PCU presentó, como aporte a la búsqueda de consenso, la candidatura de Juan Castillo a la presidencia del FA. Aclaró explícitamente, lo hace el propio Juan Castillo en las páginas de esta edición, que se trata de una precandidatura y que si antes del 24 hay una solución de consenso, cualquiera sea, esta será retirada.