¿Qué impronta personal le daría a la presidencia del FA?
La conducción del Frente Amplio, fue, es y será un desafío colectivo, no de una persona. En base a esta convicción, la primera medida que tomaríamos en caso de asumir la presidencia del Frente Amplio es conformar un equipo de trabajo.
Mi experiencia en el movimiento sindical y la dimensión de los desafíos planteados para el Frente Amplio me reafirman en este concepto básico.Un equipo donde jueguen un rol muy importante y destacado las y los vicepresidentes, que deben contemplar las diferentes sensibilidades del Frente Amplio, pero también los distintos perfiles personales que complementen la tarea de dirección.
Conformar un equipo de conducción que funcione como tal, elaborando política, con responsabilidades colectivas e individuales y apostando a una relación más fluida y permanente con el Frente Amplio, los frenteamplistas, el gobierno y la sociedad.
Además de los vicepresidentes promoveríamos un fortalecimiento y redefinición de las Comisiones Centrales del Frente Amplio, asegurando el funcionamiento y la integración de todas las que están previstas y estudiando la necesidad de integrar nuevas.
En ese equipo tendría especial énfasis en aumentar la presencia de jóvenes, mujeres y militantes del interior del país, así como de frenteamplistas que hoy militan, luchan y crean en el movimiento popular y están alejados de la vida orgánica del Frente Amplio.
Trabajar de puertas abiertas y desde el llano, recorriendo los barrios de Montevideo y el país, con presencia permanente y escuchando mucho.
Entiendo que es imprescindible que la dirección del Frente Amplio salga hacia los barrios y hacia el interior del país. Retomar las Mesas Políticas de cara a la gente y en los lugares, concebidas como una acción política concreta, difundiendo las propuestas del gobierno y de la fuerza política y recogiendo las inquietudes y demandas de nuestros militantes.
Entiendo que es imprescindible que la dirección del Frente Amplio salga hacia los barrios y hacia el interior del país. Retomar las Mesas Políticas de cara a la gente y en los lugares, concebidas como una acción política concreta, difundiendo las propuestas del gobierno y de la fuerza política y recogiendo las inquietudes y demandas de nuestros militantes.
Otra tarea central será la elaboración del programa de Gobierno del Frente Amplio para el próximo período, y esto solo se puede hacer, promoviendo y encabezando un debate a escala nacional, con la agenda de los cambios, la propuesta de la izquierda, elaborada con la gente. Pensamos que este gran debate nacional debe levantar una mirada de largo plazo sobre que Uruguay queremos los frenteamplistas y desde su discusión misma tiene que ser profundamente democrático. Levantar la mira y pensar el Uruguay del futuro, que se concrete en un plan de gobierno resuelto en un Congreso, pero que lo trascienda, que nos de una mirada de largo aliento y que nos coloque a la ofensiva, también en el plano programático, para confrontar con el Uruguay del retroceso de la derecha. Invitar a los trabajadores, a las mujeres, a los jóvenes, a los militantes barriales, a los cooperativistas, a los productores rurales, a las organizaciones populares, a la academia, los intelectuales y los trabajadores de la cultura, a debatir y proponer.
La unidad se basa en un programa común, una estrategia común para conseguirlo y ámbitos comunes de debate, decisión y lucha. En todos esos planos hay que reformular la propuesta de la izquierda y a eso dedicaré una parte importante de mis energías y del equipo, unitario, amplio y renovado que conformaremos.
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