El juez de 1º turno Juan Carlos Fernández Lecchini procesó con prisión al policía Juan Ricardo Zabala


El juez de 1º turno Juan Carlos Fernández Lecchini procesó con prisión al policía Juan Ricardo Zabala.

El ex policía admitió ante la sede judicial haber secuestrado al maestro Julio Castro en la mañana del 1º de agosto de 1977, en la esquina de Llambí y Rivera y haberlo trasladado hasta el centro de torturas conocido como la Casona de Millán, señalando que lo hizo bajo las órdenes de Rodríguez Buratti. Zabala fue procesado con prisión como "cómplice de homicidio especialmente agravado".
Según Montevideo.COM, Ariel Castro, nieto de Julio Castro, señaló que el envío a prisión de Zabala es "una etapa más del proceso" y reconoció que "no da para hablar de satisfacción, simplemente es importante determinar la responsabilidad de otro vinculado".
Ariel Castro calificó además como "muy importante" que en el expediente del caso se haya incluido un capítulo aparte relacionado a la aparición del cuerpo de su abuelo en el Batallón 14.
Al respecto, afirmó que los enterramientos de desaparecidos implicaron "una infraestructura y un esfuerzo que no se pueden hacer solamente con dos personas".
La investigación judicial continuará ahora para conocer los hechos ocurridos en el Batallón 14 donde fueron encontrados los restos de Julio Castro el pasado 21 de octubre.
El caso Julio Castro en la Justicia
La primera denuncia penal del caso fue presentada el 28 de junio de 1985, ante el entonces juez de 1º turno, Jorge Ruibal Pino quien pidió al Poder Ejecutivo un pronunciamiento sobre si el caso estaba o no bajo el amparo de la Ley de Caducidad, tal como indica el artículo 3º de esa ley. El 5 de setiembre de 1989 el presidente Julio María Sanguinetti consideró que la causa estaba comprendida en la Ley y la investigación judicial no pudo continuar.
Si bien la causa quedó congelada, en el correr de los años siguieron llegando elementos de investigación que aportaban al caso, incluyendo testimonios de personas que participaron directamente en el secuestro del maestro Julio Castro, o de quienes fueron detenidos en el mismo centro de torturas, como es el caso del periodista brasileño Flavio Taváres, que dio su testimonio para el semanario Brecha en octubre de 1985.
Además, las investigaciones sobre detenidos desaparecidos realizadas en los últimos años, fueron considerados nuevos elementos, por lo que la familia Castro y el movimiento de Educadores por la paz, pidieron la reapertura de la causa al Poder Ejecutivo el 29 de julio de 2010.
El presidente José Mujica quitó el caso del amparo de la ley de Caducidad en agosto de ese mismo año dando lugar a una serie de testimonios que permitieron el avance de la causa.
El 21 de octubre de 2011 fueron encontrados en la trinchera Nº 208, los restos óseos de Julio Castro. Junto a su identificación, que se concretó el pasado 2 de diciembre, se constató que había muerto como consecuencia de un disparo en la cabeza y no durante la tortura, tal como se había manifestado hasta el momento, en las anteriores investigaciones realizadas por el Estado.
Si bien el hallazgo de los restos dio un giro a la investigación judicial, -que ahora buscará responsabilidades en las autoridades del Batallón 14, donde fueron encontrados los restos- el posible procesamiento responde a las investigaciones y los testimonios obtenidos antes del hallazgo.
En la causa declararon los militares José Nino Gavazzo, José Baudean, Omar Lacasa y Alberto Gómez, mientras que Gregorio Álvarez lo hizo en calidad de testigo. En sus declaraciones Álvarez dijo desconocer la actividad del SID en 1977, dado que se encontraba en la División IV del Ejército.
La esposa de Julio Castro, Zaira Gamundi, le escribió una carta a Gregorio Álvarez pidiéndole datos sobre la desaparición de su esposo, el 27 de setiembre de 1977: "Es mi desesperación de esposa, que desde el 1º de agosto nada sé de mi marido, lo que me lleva a pedirle, con todo respeto, me conceda una entrevista. Hace hoy 57 días de la desaparición de mi esposo, sin que se me comunique nada y sin que se responda a mis reiteradas gestiones ante las autoridades correspondientes”.
Ante la carta, la dictadura respondió con una “investigación” en la que se concluyó que el maestro Julio Castro había viajado en el vuelo 159 de Pluna el 28 de setiembre de 1977, con destino a Buenos Aires.

Fuente:
Montevideo.com

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